Fernando Robleño: “En mi carrera una gesta sería matar la de Cuvillo”

La semana pasada, l’Hospitalet de Llobregat fue el centro de la actividad taurina en Catalunya gracias a dos interesantes actos organizados por la Peña Taurina Ángel Lería de Zarzacapilla. Robleño y Corbelle protagonizaron la semana cultural de la entidad.

El viernes 17 se llenó el local de la peña para disfrutar de un coloquio entre Fernando Robleño, Rafael Corbelle y dirigido por Paco Píriz. La relación Robleño-Céret fue el tema central de la charla. El torero madrileño debutó en esa plaza de la Catalunya Nord el 15 de julio del 2000 y cortó una oreja a uno de Rocío de la Cámara y otra a uno de Valverde. Ahí empezaba el idilio con Céret. Curiosamente esta fue su segunda corrida de matador de toros, la primera después de tomar la alternativa. Píriz comentó los impresionantes números de Robleño en Céret que lo encumbran como un torero predilecto de esa exigente afición. El madrileño, que solamente ha faltado a esta cita en el año 2007, ha actuado un total de 21 tardes cortando 19 orejas.

En estos 16 años de alternativa ha matado en Céret en 6 ocasiones la de José Escolar, 3 la de Hernández Plá, 3 la de Valverde, 2 la de Cuadri, 2 la de Adolfo y hasta 1 de Miura.

Robleño explicó la dificultad de ahondar en su toreo con esas corridas tan duras, entre las cuales ha matado a lo largo de su trayectoria 36 veces la de Adolfo, 25 la de Victorino, 27 la de Escolar, 13 la de Miura, 12 la de Cebada Gago, 11 la de Dolores Aguirre, 10 la de Cuadri, entre otros. Bromeando comentó que “creo que sería capaz de matar una de Cuvillo, sería una gesta en mi carrera“.

A continuación, llegó el turno de Rafael Corbelle, actual apoderado de Robleño y gran banderillero que toreó con Antonio Ordóñez, Palomo Linares, José María Manzanares, Ángel Teruel, El Soro, Curro Vázquez, Espartaco, Ortega Cano, entre otros. A la pregunta de por qué iba en la cuadrilla de estas figuras, Corbelle respondió que “iba con ellos porque era el mejor. Aprendí de grandes banderilleros“.

Corbelle se mostró muy crítico con el sistema taurino y defendió la importancia de la independencia de los apoderados, que en su opinión son los que más luchan por los intereses de sus toreros. Siguiendo con su opinión crítica, pronunció en varias ocasiones su idea principal: “El toro en puntas, el torero con dos cojones y quien no valga para casa“. Además, defendió la importancia de recuperar la lidia y los tres tercios, remodelando el tercio de varas con una reducción del peso del caballo y estableciendo una distancia mínima superior a la actual (segunda raya).

Por otro lado, condenó completamente, al igual que Robleño, el túnel (palabra utilizada en el argot taurino para definir la situación de torear por debajo de los mínimos establecidos por los estatutos). Ambos explicaron los daños que causa esta práctica en la tauromaquia ya que se reduce la calidad del espectáculo al contratar toreros más baratos y estos, a la vez, contratar banderilleros más económicos y con menos cualidades. También coincidieron en la gran importancia que tienen los peones para el correcto desarrollo de la lidia y para ayudar al matador a entender el comportamiento del toro.

Dos días antes, el miércoles 15, también se agotó el aforo para escuchar a los abogados Jano Gasch y Joan Adell. Ambos impartieron una conferencia de carácter jurídico, con términos divulgativos que facilitó la comprensión de los temas a tratar: la historia de la ILP taurina surgida de la Federación de Entidades Taurinas de Catalunya en 2010 y la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado mes de octubre que legalizaba las corridas de toros en Catalunya.

Gasch, miembro de la FETC (ahora y en la anterior junta), se encargó de explicar cómo se gestó la ILP y las dificultades que tuvieron para llevarla a cabo. El abogado quiso recalcar la importancia que tuvo esta ley para la sentencia favorable del TC, aunque fuese modificado el articulado (su exposición de motivos se mantuvo casi íntegra).

Por su parte, Joan Adell se centró en dicha sentencia TC, que según él devolvía el mismo marco legal que antes de la prohibición de 2010. Es decir, la Generalitat tendría competencias para regular este tipo de espectáculos en materia de seguridad, pero no podría modificar la esencia de la corrida de toros moderna. Adell quiso dejar claro que esta ley deja sin efecto la aprobada por el Ayuntamiento de Barcelona que prohibia los toros, una ley posterior a la de julio de 2010 del Parlament, pero no deroga la prohibición de espectáculos taurinos con muerte en plazas portátiles.

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