Uno que quiere y dos que no

En los carteles se anunciaba una novillada de Dolores Aguirre, que por trapío era una corrida de muchas plazas de segunda de España. Ante ella tres novilleros que demostraron poco o mucho ante sus diversos lotes, dependiendo como se quiera mirar.

En Céret también se torea

Empezaba la última de feria con todas las expectativas puestas en la corrida de Saltillo, pero el que finalmente se llevó el gato al agua fue un soberbio Alberto Aguilar. Los Saltillo no se comieron a nadie, se dejaron torear aunque no fue fácil estar delante de ellos.

Mañana de incógnitas despejadas

La novillada tenía varios alicientes. Empezando por ver el juego de la ganadería portuguesa de Vinhas, la actuación del maletilla venezolano Sebastián Castillo también despertó la incertidumbre de ver al que dicen uno de los últimos bohemios del toreo.

Una oreja y dos patines

Se hizo larga la espera, pero ya volvíamos a estar bajo el sol abrasador de Céret. Las notas de “Le paseo“, que empezaron a sonar con quince minutos de retraso, se vieron interrumpidas para proceder al minuto de silencio (sepulcral) en memoria de las víctimas de Niza, Víctor Barrio y Fernando Palha.